viernes, 4 de septiembre de 2009

¡Disney nos invade!

La noticia ya tiene unos cuantos días, pero aún así sigue causando revuelo: la todopoderosa Disney ha comprado Marvel por una cifra nada desdeñable: los medios de comunicación no se ponen de acuerdo, pero digamos que el precio final oscila entre los 2.000 y los 8.000 millones de dólares. A pesar de que las ganancias de los creadores de Mickey han caído un 19% en el último año (y quién no ha salido perdiendo con la crisis), está claro que para ellos esto es calderilla.

Debido al revuelo que ha causado esta noticia entre los aficionados a los cómics y a los superhéroes en general, Disney enseguida ha asegurado que no influirán ni en los planes ni en los contenidos de la compañía de los superhéroes. Para ello, han hecho referencia a la compra de Miramax en 2004, responsable de algunas películas de Tarantino (como Pulp Fiction) y demás éxitos del cine independiente, argumentando que por entonces no cambiaron nada. ¿Nada? Parece que han olvidado un pequeño detalle: aproximadamente un año después, los hermanos Weinstein (fundadores de Miramax) pusieron pies en polvorosa. Menos mal que las cosas no iban a cambiar, ¿verdad?



Con referencias como ésta, no es raro que los seguidores de Marvel hayan puesto el grito en el cielo. Es un matrimonio raro: ¿cómo van a entenderse los mayores defensores de la familia y el conservadurismo con unos superhéroes atormentados y para nada recomendables para la infancia? Está claro que pronto saltarán chispas. Y ya se sabe que, al final, el que compra es el que manda. Por supuesto, al principio no habría mayores cambios: a ninguna empresa le conviene enemistarse con sus colaboradores. Pero, ¿creen que esto sería para siempre? Personalmente, no lo creo. A lo mejor no son modificaciones muy evidentes, pero obviamente, pueden contribuir a que las adaptaciones al cine sean menos “oscuras”, ni tan “políticamente incorrectas”. La familia es la familia, ya se sabe.

De hecho, las compras compulsivas de Disney de los últimos tiempos pueden tener otra consecuencia: podemos volver a la época en que ellos tenían el monopolio. Sólo que ya no se conforman con reinar en la animación (prueba de ello es la adquisición de Pixar, sus principales rivales hasta el momento), sino que ahora lo quieren TODO. Quizás quieran dominar el mundo, como los villanos de Marvel.

Quiero dejar claro que no tengo nada en contra de Disney: también me crié viendo sus clásicos, y muchas de sus películas son obras maestras, de eso no hay duda. No hay nada que objetar en lo creativo, pero que el pez grande se coma a los demás no beneficia a nadie: ni a la industria del cine ni a los espectadores, en general.

1 comentario:

  1. Soy más aficinado a Marvel que a Disney y claro que la noticia de la compra del primero por el segundo, me ha causado bastante inquietud sobre todo en cuanto a las adaptaciones cinematográficas de los superheroes. Tendremos que esperar unos años para ver si el ambiente familiar de Disney se nota en esas posibles adaptaciones al cine porque no creo que por ahora metan mano con las que ya se están rodando o en proyecto de rodaje.

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